No tuvieron el reconocimiento medico, y nunca los citaron para ver como estaban. Es más, se tenían que mover solos y los que eran heridos tenían que pedir a las prótesis a las fuerzas armadas a las que pertenecían.
Cuando regresaron fueron pocos los que consiguieron trabajo. Es un loco de la guerra no lo podemos tomar, recibían como respuesta. Y así fueron pasando los años. Sin una pensión digna hasta que fueron a protestar al Congreso de la Nación a principios de los '90.
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